Cuarto Mitad Fest

Quisimos devolver la vida a los mercados, recuperar su espíritu, restaurar el valor que tuvieron antaño como vibrantes centros de conexión y encuentro comunitario, actualizarlos e implicar a la ciudadanía en el proceso. Y lo hicimos con arte y lo hicimos con arte. Se expusieron más de 180 piezas de diversas disciplinas, estilos y tamaños en un crisol de formas y colores que llevaba la composición digital al plano físico y se involucró a medio centenar de artistas locales en la muestra.

El resultado: un festival creativo que congregó a más de 3.000 personas en torno a un mercado, el de San Vicente de Paúl en Zaragoza (España) y una semilla, que ha brotado ya, 3 meses después de nuestra intervención, con una programación de actividades comunitarias semanales impulsada por el Ayuntamiento de Zaragoza que mantiene la chispa encendida.

Artistas:

  Alejandro Helio
  Alfonso Díaz Guerrero
  Ana Gállego
  Ana Leonarte
  Andrea Ballestín
  Antonio Cabello
  Arancha Benedí
  Asun León Goñi
  Beatriz Aísa
  Beatriz Pueyo Longás
  Begoña Cisneros
  Carlos Sancho
  Charo de la Varga
  Cristina Sieso
  Dani B Good
  Daniel Jiménez Tena
  David Ballestar
  Eduardo López Avilés
  Felipe Sancho Cervera
  Fran Pico
  Gonzalo Ferrero
  Henar Martín
  Ignacio Aparicio

Lanzamos dos convocatorias, una primera dirigida a artistas locales y una segunda orientada a creativos. El plan fue hacer convivir dos planos, reunir a una comunidad creativa que imaginara soluciones dinámicas viables y con potencial de replicabilidad en el mercado y sumergir esta dinámica abierta en un ambiente creativo que ya lo hacía, con el ánimo de inspirarlas. Se presentaron 15 equipos compuestos por ingenieros, arquitectos, diseñadores e interioristas de diversas edades y trayectorias profesionales. Más de 50 personas de edades, formaciones y experiencia profesional muy diversas.   

INSPIRACIÓN E INTERVENCIÓN

Encontramos la inspiración en los colores frescos del mercado y en las cajas de fruta. Estas fueron recuperadas para dibujar el layout del espacio, trazar el recorrido del visitante y sostener las más de 150 obras de artistas locales que durante esos días se exhibieron en el mercado y que podían adquirirse en tiempo real jugando con el plano digital. Las cajas de fruta permitieron pusieron en valor la esencia del lugar y los entresijos de su cadena de producción, elevando un objeto casi de desecho a la categoría de elemento central. Se plantearon 2 lonas ilustradas de 35 m² cada una y se rotularon suelos, columnas y fachada. Se planteó una dinámica comunitaria en una de las paredes y se imprimieron retratos de gran formato de los vecinos y clientes del mercado.

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